Cada vez que hablamos de aprender a negociar de otra manera, de cambiar el paradigma que aprendimos en relación a cómo vincularnos con los conflictos y con la abogacía, proponemos abandonar la idea del “otro” como “contrincante”
Inevitablemente “el otro” ve el conflicto desde su propia perspectiva y en función de sus necesidades insatisfechas.
Comprender que la indagación en esas necesidades nos permite encontrar el modo de generar opciones para resolver el problema es un primer gran paso.
Otro, de igual alcance es entender cabalmente que, solo desde un trabajo en conjunto será posible generar el contexto dentro del cual surjan las opciones que luego generarán alternativas posibles para la construcción de un acuerdo.
Una negociación exitosa es, aún más allá del resultado, aquella en la cual las partes involucradas dejan de verse enfrentados para tratar juntos frente al problema.
Tal como afirmó Nelson Mandela “Si usted quiere hacer las paces con su enemigo, tiene que trabajar con su enemigo. Entonces se convierte en su compañero”.