Las leyes con nombre de mujer no alcanzan

En los últimos años, incorporamos a nuestra legislación diversas leyes con nombre de mujeres víctimas de una sociedad en la cual la igualdad es un derecho enunciado pero no consolidado aún.

Recientemente, estuvimos frente a casos paradigmáticos de diferentes expresiones de una violencia que no cesa y que siempre se manifiesta con los más débiles.

Tuvimos frente a nuestras narices la violencia, abuso y maltrato infantil, entendimos con claridad de qué hablamos cuando referimos a “manada”, seguimos presenciando otro femicidio descuidado por quienes tienen el deber de cuidarnos…

La violencia no tiene límite en los lugares invisibles, en l@s chic@s con derechos vulnerados que sufren en silencio y no son mirados… en el género que sigue soportando modalidades enquistadas en nuestro forma de vida… en la discriminación que la inclusión lingüística no otorga… en cada anciano que vive de una jubilación indigna…

Las leyes con nombre de mujer han traído aportes, han visibilizado situaciones.. sin embargo, no alcanzan para resolver un problema más profundo… son un intento insuficiente que no repara la incapacidad del Estado para garantizar derechos constitucionales básicos a una enorme parte de la sociedad…

La violencia se aprende.

No nacemos violentos/as, aprendemos a vincularnos con patrones violentos, con lo cual, es hora de comprender que la raíz del problema está en la educación..

Es necesario empezar a enseñar una forma de comunicación no violenta, un modo de ver la vida desde la igualdad y la integración… es necesario capacitar para esa enseñanza..

Hasta tanto no sepamos vincularnos de otra manera, vamos a seguir repitiendo formas provenientes de un paradigma, por definición, violento.

Es hora de pedir políticas públicas que hagan foco en la educación para que, en todas las edades, aprendamos a vivir en igualdad, en roles separados del género, en el respeto mutuo, en el reconocimiento de las propias emociones y la expresión pacífica de las disidencias.

Llegó el tiempo de trabajar en el fondo del asunto, asumiendo que no va a haber resultados inmediatos ni anuncios rimbombantes, con la convicción de quien sabe que los cambios de paradigma llevan tiempo y aprendizaje.

Las sentencias ejemplificadoras son un buen intento.. necesitamos un compromiso mayor de cada miembro del Poder Judicial…

Las leyes con nombre de mujer han iniciado un camino que debe ser completado con otros recursos.. sino son un triste homenaje a víctimas que, haciendo las veces de mártires, expresan aquello que, de una vez por todas, necesitamos erradicar de nuestra sociedad.

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