
Puede que un día cualquiera, te animes a soltarte al viento, a abrir las alas solo para dejar que el movimiento del aire, te transporte a aquel lugar que te toca descubrir…
Puede que un día decidas tomar un micro y hacer un viaje a otro mundo, guiada solo por una corazonada…
Puede que te animes a seguir los pasos que tu intuición te alienta a dar…
Puede que seas capaz de quedarte sin corazas, desnuda, sin reparo…y, aún así sentirte a salvo…
Puede que te abriguen, te abracen abarcando la inmensidad de tus miedos y te sientas completa, aún sabiendo que ya lo eras antes…
Puede que tomes más micros, que recorras muchos kilómetros, que apuestes a un futuro incierto…
Puede que te descubras en tu inmenso poder, que te sepas hacedora de grandes historias, de recuerdos inolvidables, de momentos antológiocos, de portazos que no debieron ser dados y batallas que no merecieron ser libradas…
Puede que sueñes lo imposible, puede que -incluso- que te atrevas a intentarlo, aún sabiendo que las predicciones no acompañan…
Puede que quieras armar otro hogar lejos del tuyo, que el amor sea más grande que el miedo y que el corazón tenga más argumentos que la mente…
Puede que, de repente, el mundo se torne un lugar inhóspito y , aún así, te decidas a transitarlo…
Puede que insistas en seguir cuando ya se retiraron a otro tiempo…
Puede que el calendario haga pasar los días pero no logre borrar el desencanto…
Puede que te quedes sentada en el borde de un andén por cuyas vías , ya no pasan trenes…
Puede que -finalmente- te gane el llanto… que asumas que perdiste el juego, que es hora de replegar las alas y volver a casa…
Puede que, por fin, entiendas que -incluso- los presentes perfectos, nacen para solo para terminar al segundo siguiente…
Puede que finalmente te quedes sola, contemplando la retirada de quien te alentaba… puede que, entonces, el amor se transforme en bronca, los recuerdos te invadan, el cuerpo te duela, las alas pesen y los silencios claven puñaladas…
Puede que te mires y descubras la valía que antes no encontrabas, que te respetes, que entiendas cuán largo fue el camino que te trajo hasta acá y cuánto de vos quedó en cada tramo…
Puede que no entiendas los tiempos de retirarse a tiempo y te quedes demás…
Puede que, finalmente, despiertes y comprendas que todo lo que pusiste afuera estaba dentro tuyo, puede que te digan que retirarse es lo oportuno y, pese a eso, sientas que irse es dejar parte de tu alma lejos de casa…
Puede que puedas soltar lo que ya no será, guardar el milagro de haber sido y olvidar lo que no fue…
Puede que, finalmente, comprendas que todo está en vos y vuelvas a abrir las alas…
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