Animarse

En esto de transitar nuevos caminos , recorrer otras formas, aprender otros significados… en esto de transitarse, recorrerse, conocerse, una -muchas veces- parece quedar estancada al borde del camino, con una suerte de inmovilización que paraliza, angustia y a la vez contiene un número infinito de ideas para llevar a la práctica mil proyectos.

Sucede que, a veces, ese tránsito entre quienes somos y quienes queremos ser, nos deja inmovilizados con una sensación de pesadumbre, de agobio, de cansancio y empezamos a pensar que -de verdad- no vamos a poder.

Quedamos aprisionados por un combo explosivo de ideas, miedos, cosas por soltar y otras por tomar, y pareciera que la epifanía creativa que, en algún momento creímos vislumbrar, se desvanece en un humo lejano que solo deja malestar.

Surge una sensación de no poder, de estar transitando un lugar que no tiene escapatoria, de desvarío en el que las ambiciones son demasiado grandes… resuena aquel remanido ¨por qué no te quedas quieta?¨ , que inquiere nuestra cabeza y cuestionan nuestros allegados… y una, desorientada, empieza a desandar camino, a replegar las alas, a mirar la realidad de siempre con un prisma teñido de colores desabridos.

Una guarda la valentía que creyó tener, se pregunta si valdrá la pena tanta búsqueda y, como queriendo encontrar cierta dosis de la autopreservación, se responde que quizá no hace falta tanto, que tal vez sea mejor aburrirse de vez en cuando antes que arrepentirse de una mala decisión…

Y todo es duda..

Y, se pasa de pensar que cada mínima señal es un signo a estar convencida de que la vida burguesa no está tan mal…

Sin embargo, como esto suele sucederle solo a las almas inquietas, esas que no paran de buscar desafíos, las que buscan incansablemente nuevas preguntas que no tienen respuestas, un día , en un curso cualquiera, se cruza una palabra que vuelve a iluminar el alma y a encender el corazón.

De la nada a una se le cruza por la mente ¨ANIMARSE¨ y una sonrisa se instala indefentiblemente en la cara.

Porque, qué otra alternativa existe para llegar desde el lugar en el que una está al que una quiere ir, más que animarse a hacerlo?

Y, en este universo de las palabras, todo aparece tan claro que, una vez que se aprende el juego, casi nada sorprende.

Animar contiene la palabra ¨anima¨ que es alma, vida; animar es eso, es dar impulso vital. También es llamar a la acción, impulsar a que se actúe.

Animarse, es darse vida, darse el impulso vital para hacer aquello que uno quiere ser.

Animarse es mirarse, es irse del lugar en el que ya no se quiere estar para ser en aquel otro al que se quiere llegar.

Animarse es amarse. Amarse es animarse a ser…

Y, una entiende que, siempre, todo comienza por amar ser quien una quiere ser.

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